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domingo, 5 de mayo de 2013

Del Calvario al Helmántico pasando por el Sebas

Hay un aspecto muy importante de la Salamanca de los años setenta que aún no había evocado. Y no lo había hecho porque existe un un magnífico blog, Desde mi grada vieja ( Ángel Martín Fuentes), donde podemos encontrar todo lo que siempre habíamos querido saber y nunca nos habíamos atrevido a preguntar (otra frase de los años setenta)... sobre la Unión Deportiva Salamanca.



Al final, me voy a meter en el terreno de Ángel y voy a hablar de la Unión. Porque sin hablar de la Unión nuestra imagen de los setenta queda incompleta.

Como en tantos otros aspectos, también en esto del fútbol el Lejano Oeste quedaba muy lejos. Y muy atrás. Durante los años sesenta, la Unión se debatía heroicamente entre Tercera y Segunda División, en lucha perenne con equipos como la Cultural Leonesa y la Ponferradina. Tenía su sede en el Calvario, que siempre lo fue más para los propios que para los ajenos. El campo del Calvario, al que nadie llamaba estadio.

Y de repente, hacia 1970 el Calvario es sustituido por el Helmántico. Un estadio nuevecito y bastante grande. Más de 20.000 espectadores en su configuración inicial, lo que, teniendo en cuenta la población de Salamanca en aquellos años, es como si en Madrid hubiera un superestadio para medio millón de personas.

Y luego llegó el ascenso a segunda. Pas mal! Y al año siguiente, a primera. Y al año siguiente, se consiguió montar un equipo bastante presentable, con restos del pasado (el capitán Huertas, con muchos partidos de Tercera en sus botas) y un par de extranjeros buenos y baratos (D'Alessandro y Rezza). Y la primera campaña fue bastante buena. Y nos consolidamos en la categoría. Y nos acostumbramos a que los grandes del fútbol español se acercaran una vez al año por los Villares de la Reina.

Pillaba un pelín lejos, sobre todo en aquella Salamanca que seguía viviendo intramuros. Así que muchos se acercaban en autobuses, como los que salían de la puerta Zamora, frente al Sebas. Sobremesa de café y copa, con el puro guardado para el estadio, donde la fiesta empezaba a las cinco de la tarde (la presión de la televisión era aún mínima).

Y el lunes, los comentarios en la peluquería. Con aquellos peluqueros que no eran estilistas, pero lo sabían todo sobre fútbol y toros. Y compartían su saber con los parroquianos. Que, estamos ya en los setenta, empezaban a escasear después de la llegada de los pelos largos en la década anterior.

2 comentarios:

  1. Hombre, muchas gracias por la mención en tu Blog...lógicamente no tengo la exclusividad de hablar de la Unión en esto de los Blogs....jejej

    Sigo fielmente tus entradas, pues aunque yo me fui de Salamanca mucho después (también soy algo más joven)...muchos lugares de los que rescatas los conocía también y me encantan!

    Un saludo y gracias de nuevo.!

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  2. Otro complemento imprescindible de los lunes post partido era la Hoja del Lunes con la crónica del partido, resultados y clasificaciones con positivos y negativos. No se editaban diarios los lunes entonces y la Hoja del Lunes la editaba la Asociación de la Prensa Salmantina.

    Enhorabuena a ambos por vuestros blogs. Muy buenos ratos disfrutados en su lectura.
    Ramón.

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